México en el panorama de innovación de la organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE)
Introducción
La Perspectiva de Ciencia, Tecnología e Innovación 2016 de la OCDE[1] es un reporte que revisa las principales tendencias en ciencia, tecnología e innovación (CTI) en los países de la OCDE y varias economías adicionales. Tiene el objetivo de informar a los responsables políticos, representantes comerciales y analistas sobre los cambios en los patrones globales de ciencia, tecnología e innovación y sobre las implicaciones actuales y futuras posibles para las políticas nacionales de CTI tanto a nivel global como nacional.
El documento considera las megatendencias que se espera tengan un fuerte impacto en la economía global y en el financiamiento de la innovación en el futuro (p.25): Demografía; Recursos naturales y energía; Salud, desigualdad y bienestar; Sociedad; Cambio climático y medio ambiente; Economía, trabajo y productividad; Globalización, y; el Papel de los gobiernos.
También analiza las tendencias tecnológicas emergentes clave que no sólo se consideran como las más promisorias y potencialmente las más disruptivas, sino que también conllevan riesgos significativos, como big data, Internet de las cosas, inteligencia artificial, fabricación aditiva, nano/microsatélites, neurotecnologías, biología sintética, nanomateriales, tecnologías avanzadas de almacenamiento de energía y blockchain.
Presenta las tendencias futuras de la política científica en un horizonte de 10 a 15 años, al tiempo que adopta un enfoque prospectivo en cuestiones relacionadas con multi-disciplinariedad, excelencia, financiación específica, ciencia abierta, digitalización de la ciencia y atractivo de las carreras de investigación.
Se basa en un marco estadístico de más de 300 indicadores relacionados con CTI, aprovechando los esfuerzos a largo plazo de la OCDE para construir un sistema de indicadores comparables internacionalmente para monitorear la política de CTI y sobre los esfuerzos recientes para desarrollar indicadores más experimentales.
Buena parte de este documento se desarrolla en términos muy generales, pero se presentan datos específicos sobre México. Estos son algunos de ellos.
Indicadores de Innovación
Recursos naturales y energía
La OCDE plantea que los recursos naturales son una de las principales, si no la principal, base de la actividad económica y, por tanto, en última instancia, del bienestar humano. El agua, el aire, la tierra y el suelo proporcionan alimentos, materias primas y son portadores de energía para apoyar actividades socioeconómicas. Su extracción y consumo afecta la calidad de vida y el bienestar de las generaciones actuales y futuras. Su eficiencia en la gestión y el uso sostenible son clave para el crecimiento económico y la calidad ambiental.
El futuro crecimiento de la población, los estilos de vida cambiantes y el desarrollo económico aumentarán demanda global de agua, alimentos y energía y con ello las presiones sobre los recursos naturales.
La agricultura seguirá siendo el mayor consumidor de agua, afectando la calidad de la superficie y del agua subterránea, a través de la liberación de nutrientes y micro contaminantes. Varias fuentes de energía cambiarán la calidad y la cantidad de agua disponible (por ejemplo, fracturación hidráulica, energía hidroeléctrica, y técnicas de refrigeración para centrales térmicas y nucleares), de modo que los cambios futuros en la combinación energética también deben tener en cuenta la gestión del agua.
Por otro lado, la creciente demanda para de biocombustibles ha aumentado la competencia en los rendimientos agrícolas. Una mayor reasignación de tierras productivas hacia la producción no alimentaria será impulsada por la volatilidad del precio y la rentabilidad relativa de productos alimenticios, pero podría poner en peligro la seguridad alimentaria a mediano plazo.
Los desarrollos en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) están diseñados para ofrecer nuevos conocimientos, soluciones innovadoras e infraestructuras mejoradas para aumentar el control, la gestión y la productividad de los recursos naturales activos y, en última instancia, para detener su agotamiento con el crecimiento económico.
Se espera que los gobiernos desempeñen un papel importante, proporcionando infraestructuras de conocimiento (por ejemplo, bancos de datos, convergencia de centros de tecnología), compartiendo conocimiento y mejores prácticas, y financiando investigación sobre agricultura, energía y manejo de recursos naturales.
Agua
El estrés hídrico severo es probable en muchas partes del mundo. Si la situación socioeconómica actual y las tendencias continúan, y no se implantan nuevas políticas de gestión del agua, se prevé que la demanda de agua aumente en un 55% al nivel mundial entre el año 2000 y el 2050.
Se esperan los mayores aumentos de la manufactura (+ 400%), generación de electricidad (+ 140%) y uso doméstico (+ 130%).
En áreas con suministro ilimitado de agua superficial, como regiones de África, es un recurso relativamente limpio, confiable y rentable. Sin embargo, en muchas partes del mundo el agua subterránea está siendo explotada más rápidamente de lo que se puede reponer.
Tal uso intensivo de agua, en algunas regiones de Grecia, Italia, México y Estados Unidos, está socavando la viabilidad económica de la agricultura. Mejoras en tecnologías de riego y la introducción de nuevas prácticas agrícolas y robótica en la agricultura podrían ayudar a monitorear mejor el uso del agua y detener el agotamiento del agua subterránea. Estos esfuerzos deben combinarse con cambios institucionales más amplios para ser eficaces.
La proyección de circunstancias para el agua en 2030 incluye: inundaciones, aumento del nivel del mar; escasez de agua; contaminación; desertificación de la degradación del suelo; megaciudades de 10 millones o más habitantes. El 60% de la población mundial enfrentará problemas de agua en el año 2050. La Zona Metropolitana de la Ciudad de México se localiza en el área de megaciudades (de 10 millones o más habitantes), que más sufrirá escasez de agua.
La relación energía – bióxido de carbono
Las emisiones de bióxido de carbono representan el 75% de las emisiones globales de gas de efecto invernadero (GHG, por sus siglas en inglés) y la mayoría provienen de la producción de energía. Para el año 2050 estas emisiones aumentarán en 50% y más, principalmente impulsadas por la demanda de energía y el crecimiento económico en las principales economías emergentes.
Un 60% de la biocapacidad del mundo está en manos de sólo diez países, entre ellos México, que son los más afectados por la degradación de la tierra y los bosques.
Cuadro 1. Emisiones per capita de CO2 por países y regiones.
Proyección a 2030
País o Región | Emisiones per capita (toneladas) |
Federación Rusa | 12.0 |
Estados Unidos | 10.9 |
Corea del Sur | 9.4 |
Medio Oriente | 8.2 |
Japón | 7.3 |
China | 7.1 |
Región del Caspio | 6.0 |
Unión Europea | 4.7 |
México | 3.4 |
Sureste de Asia | 2.7 |
América del Sur | 2.5 |
India | 2.1 |
África | 0.9 |
Fuente: OECD Science, Technology and Innovation Outlook, 2016. Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico, 2016. p. 36.
Globalización
La megatendencia de una globalización cada vez mayor puede seguir ejerciendo una influencia significativa en los próximos 10 a 15 años, a pesar de que contracorrientes, como el crecimiento del proteccionismo, puedan ser perjudiciales y dar lugar a una discontinuidad.
Comercio y cadenas globales de valor
Desde 1995 la mayoría de los países ha experimentado aumentos significativos en la proporción de valor agregado externo, tanto en las exportaciones como en el consumo final, lo que refleja el aumento en la interdependencia de la economía global. Se espera una integración comercial global para continuar creciendo en el futuro, aunque a un ritmo ligeramente más lento que el observado en los últimos decenios. Se espera que el comercio de servicios continúe expandiéndose más rápidamente que el comercio de bienes, debido en parte a la liberalización permanente del sector, a la creciente participación de los servicios en el Producto Interno Bruto (PIB), y por las tendencias en el consumo, impulsadas por el envejecimiento de las poblaciones.
El crecimiento de las cadenas globales de valor (CGV) ha sido un importante motor de globalización económica durante los últimos decenios y ha resultado en una creciente interconexión entre países. Las CGV tienen, en promedio, más tiempo y más producción, que abarcan un número creciente de países, cada vez más, también en economías emergentes. La creciente fragmentación internacional de la producción en CGV, gracias a los servicios de logística, telecomunicaciones y negocios habilitados digitalmente, ha visto más desplazamientos de actividades industriales entre países de la OCDE, hacia economías con mano de obra barata.
Al mismo tiempo, economías emergentes como China están intentando cambiar a mayores actividades de valor agregado, y mover sus posiciones, tanto ascendentes como descendentes, en las cadenas mundiales de valor. La innovación es la clave para ello. Las capacidades industriales de I+D se han desarrollado rápidamente en estas regiones, y los aumentos constantes en las intensidades de I+D apuntan a una competencia global creciente en activos de I+D.
En términos más generales, el aumento en la importancia de las CGV podría resultar en una mayor concentración en un conjunto específico de tareas, es decir, aquellas en las que las empresas de un país tienen ventaja comparativa. Dependiendo de las estructuras de gobierno de las CGV, esto puede conducir a aumentar la concentración de capacidades de innovación entre los actores nacionales.
Producción fragmentada en las cadenas de globales de valor
Las exportaciones de bienes y servicios están cada vez más compuestas de insumos de todo el mundo. Las compañías multinacionales de las economías emergentes se están convirtiendo en actores globales clave, en este sentido.
Cuadro 2. Producción fragmentada a través de cadenas globales de valor. Porcentaje del valor agregado en las exportaciones brutas, 2011
País | Porcentaje de valor en las exportaciones |
Brasil | 11 |
Rusia | 14 |
Australia | 14 |
Estados Unidos | 15 |
Japón | 15 |
Sudáfrica | 19 |
Chile | 20 |
Canadá | 23 |
Reino Unido | 23 |
Dinamarca | 23 |
India | 24 |
Francia | 25 |
Alemania | 26 |
Italia | 26 |
Turquía | 26 |
España | 27 |
México | 32 |
Polonia | 32 |
China | 32 |
Finlandia | 35 |
Viet Nam | 36 |
Tailandia | 39 |
Malasia | 41 |
Corea del Sur | 42 |
Singapur | 42 |
Irlanda | 44 |
Cnina Taipei | 44 |
República Checa | 45 |
República Eslovaca | 47 |
Hungría | 49 |
Fuente: OECD Science, Technology and Innovation Outlook, 2016. Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico, 2016. p. 42.
Las funciones del gobierno para lograr el desarrollo económico
Históricamente, muchos países de la OCDE han implantado políticas altamente intervencionistas en la industria, a menudo poseyendo los medios de producción en ciertas industrias clave o favoreciendo algunos sectores privados. Este tipo de políticas en su mayoría cayeron en desgracia a partir del año 1970 y fueron reemplazados por políticas de naturaleza más horizontal, como la aplicación de normas de competencia, apertura comercial, y disponibilidad de personal más capacitado.
Sin embargo, tras la reciente crisis económica, muchos países de la OCDE han mostrado un interés renovado en políticas industriales más específicas. Preocupados por una pérdida de capacidades de fabricación y una competencia creciente de las economías emergentes, han aumentado su interés en impulsar la ciencia y la tecnología, lo cual ha impulsado una «nueva revolución de producción».
Este nuevo enfoque ha facilitado nuevos roles para el gobierno y su colaboración con la industria, al tiempo que se evita la influencia indebida de intereses creados.
El cambio tecnológico, particularmente la digitalización, presenta a los gobiernos nuevos desafíos para administrar rentas de innovación. Los responsables de las políticas necesitarán implantar una gama de políticas que, por una parte, permita a las empresas más innovadoras invertir en innovación de frontera y acceder a trabajadores calificados, finanzas y mercados y, por otro lado, apoyar la difusión de innovación en el resto de la economía, que permita a todas las empresas beneficiarse de estas innovaciones.
El funcionamiento del gobierno se ha convertido en el centro de atención de la innovación. Por ejemplo, dado que los gobiernos recopilan grandes cantidades de datos y lo hacen cada vez más abiertamente disponible, existen importantes oportunidades de investigación e innovación para explotar esto con análisis de big data. Los gobiernos también están innovando cada vez más, dirigiendo experimentos y confiando cada vez más en tecnologías digitales para la formulación de políticas, entrega y evaluación.
Cuadro 3. Deuda del gobierno como porcentaje del PIB,
2014 en adelante
País | Deuda (% del PIB) |
Federación Rusa | 18 |
Chile | 23 |
Indonesia | 25 |
Corea del Sur | 35 |
México | 37 |
Turquía | 40 |
China | 41 |
Australia | 41 |
Sudáfrica | 46 |
Brasil | 65 |
India | 65 |
Polonia | 66 |
Finlandia | 71 |
Países Bajos | 82 |
Alemania | 82 |
Islandia | 88 |
Canadá | 92 |
Estados Unidos | 103 |
Reino Unido | 112 |
España | 116 |
Francia | 120 |
Irlanda | 128 |
Bélgica | 130 |
Portugal | 150 |
Italia | 156 |
Grecia | 181 |
Japón | 240 |
Fuente: OECD Science, Technology and Innovation Outlook, 2016. Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico, 2016. p. 48.
Cuadro 4. Países de la OCDE que regulan el cabildeo.
Año en que empezaron a regular (hasta 2014)
País | Año en que empezó a regular el cabildeo |
Estados Unidos | 1946 |
Alemania | 1951 |
Australia | 1983 |
Canadá | 1989 |
Polonia | 2005 |
Hungría | 2006 |
Israel | 2008 |
México | 2010 |
Eslovenia | 2010 |
Austria | 2012 |
Países Bajos | 2012 |
Italia | 2012 |
Reino Unido | 2014 |
Chile | 2014 |
Fuente: OECD Science, Technology and Innovation Outlook, 2016. Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico, 2016. p. 49.
Desigualdad y bienestar
La desigualdad de ingresos aumenta en la mayoría de los países de la OCDE. Los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres. Los jóvenes están cada vez más expuestos al riesgo de pobreza. El 10% de los habitantes de los países más ricos de la OCDE ganan el 25% del ingreso total en efectivo y poseen más del 50% de la riqueza en cuentas bancarias y activos.
Las desigualdades dentro de los países presentarán importantes riesgos políticos, sociales y económicos en los próximos años. En la gran mayoría de los países avanzados, la brecha entre ricos y pobres alcanzó su nivel más alto en tres decenios. Hoy, el 10% más rico de la población en el área de la OCDE gana casi diez veces el ingreso del 10% más pobre, siete veces más que en el decenio de 1980, aunque la relación varía ampliamente entre los países de la OCDE. En los países nórdicos y países europeos, la relación es significativamente inferior a la media, pero en Italia, Japón, Corea, Portugal y el Reino Unido está más cerca de 10 a 1, entre 13 y 16 a 1 en Grecia, Israel, Turquía y los Estados Unidos, y tan alto como entre 27 y 30 a 1 en México y Chile.
La población en edad de trabajar, incluidas las familias con hijos, ha soportado la mayor desigualdad, en consonancia con el aumento del desempleo en los últimos años del periodo.
La ampliación de la distribución del ingreso ha ido acompañada de un cambio en la edad perfil de la pobreza, con los jóvenes reemplazando a los ancianos como el grupo con mayor riesgo de pobreza relativa; una tendencia que comenzó a surgir a mediados de los años 80.
La desigualdad socava las oportunidades educativas para los desfavorecidos, lo que a su vez reduce la movilidad social y lleva a una disminución de la acumulación de capital humano. Análisis recientes sugieren que el aumento de la desigualdad en los ingresos y la riqueza muy probablemente continuarán por muchos años más. De hecho, según las tendencias actuales, la desigualdad de ingresos en un país promedio de la OCDE podría aumentar en más del 30% a mediados de siglo, llevando a los países de la OCDE en su conjunto al mismo nivel de desigualdad que se vive en los Estados Unidos.
Cuadro 5. Desigualdad de ingresos en los países de la OCDE.
Coeficientes Gini, 2013
País | Coeficiente Gini |
Dinamarca | 0.25 |
Finlandia | 0.26 |
Suecia | 0.27 |
Alemania | 0.29 |
Francia | 0.31 |
Canadá | 0.32 |
Italia | 0.32 |
Australia | 0.32 |
Nueva Zelanda | 0.33 |
Reino Unido | 0.34 |
Japón | 0.34 |
India | 0.34 |
Estados Unidos | 0.40 |
Turquía | 0.41 |
Federación Rusa | 0.42 |
China | 0.42 |
México | 0.48 |
Brasil | 0.53 |
Sudáfrica | 0.63 |
Fuente: OECD Science, Technology and Innovation Outlook, 2016. Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico, 2016. p. 64.
Financiamiento de la investigación pública
Cualquier restricción de gastos por parte de los gobiernos nacionales en los países de la OCDE planteará muchos desafíos para la investigación pública, ya que los gobiernos aportan en promedio el 90% del total en gastos de I+D en educación y gobierno. El dominio del gobierno en el gasto en investigación pública es particularmente notable en los principales actores públicos de I+D: Japón (98%) y Estados Unidos (96%).
Situación semejante existe en algunas economías emergentes, por ejemplo, en Argentina (99%), México (98%) y Chile (95%). La investigación pública depende un poco menos del financiamiento de los gobiernos nacionales en la Unión Europea (83%): Países Bajos (72%), Bélgica (71%) y Reino Unido (70%). En los países europeos, el financiamiento proporcionado por la Comisión Europea, que también es pública, es igualmente importante.
¿Qué investigación pública se realizará y por qué?
Las diversas megatendencias influirán mucho en la investigación futura y en las agendas de innovación. Muchos desafíos urgentes requieren nuevos avances tecnológicos, así como cambios institucionales y organizacionales a gran escala, que en parte dependerán de nuevas investigaciones. Algunos ejemplos incluyen: lograr un crecimiento más sostenible; las necesidades que surgen del envejecimiento de las sociedades; las presiones ambientales, en particular el cambio climático; el agotamiento de los recursos naturales; amenazas a la energía, el agua y la seguridad alimentaria, y; varios problemas de salud.
El desglose de los presupuestos públicos de I+D por objetivo socioeconómico revela ciertos patrones de especialización. Por ejemplo, Estados Unidos tiene una clara política orientada hacia la I+D en salud (incluida la ciencia médica), que absorbe el 24% de la asignación de I+D en 2016. El Reino Unido (22%), Luxemburgo (18%) y Canadá (17%), dedican alrededor de una quinta parte de sus presupuestos de I+D a problemas de salud. Por su parte, México (19%), Japón (11%) y Corea (9%) han priorizado la I+D en energía.
El potencial de la investigación y la innovación para contribuir al desempeño económico y la productividad también se ha destacado más en las principales economías emergentes. El Programa Especial de México para la CTI (PECiTI, 2014-2018) es una iniciativa destinada a aumentar la competitividad nacional a través de la I+D y la innovación.
Gráfica 1. Investigación pública en los países de la OCDE y economías asociadas. Gasto público en I+D, en millones de dólares.
Fuente: OECD Science, Technology and Innovation Outlook, 2016. Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico, 2016. p. 132.
Fuente Consultada
OCDE. (2016). Informe de Innovación. Ciencia, Tecnología e Innovación. Francia: OCDE.
[1] OECD Science, Technology and Innovation Outlook, 2016. Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico, 2016.